14.2.12


ÁFRICA SE REBELÓ CONTRA LA HIPÓTESIS OFICIAL DEL SIDA (2000)

El presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, se atreve a enfrentarse a la hipótesis oficial del sida y denuncia la censura a los científicos que se han atrevido a cuestionarla. ALFREDO EMBID

http://www.amcmh.org/PagAMC/sida/articulos/CMbeki.RV059.htm

África, que hace 5 años se libró del Apartheid y de la dictadura de la minoría blanca, está encabezando una insólita rebelión contra la ortodoxia blanca del sida, que pretende imponer a todo el tercer mundo una falsa epidemia de connotaciones claramente racistas. El presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, se ha atrevido a enfrentarse a la hipótesis oficial del sida. Ha denunciado la censura a los científicos que han cuestionado las tesis oficiales valerosamente, al precio de arruinar su carreras, y los ha invitado a su país. Ha puesto en cuestión los tratamientos del sida, especialmente con el AZT (por su toxicidad), y ha suspendido su administración. Además, se ha enfrentado a los intereses de las multinacionales farmacéuticas en cuestiones de patentes. Ha metido mano donde más les duele: en sus beneficios.

Por si fuera poco, Thabo Mbeki ha tomado contacto con otros líderes africanos y del tercer mundo, como el gobierno de la India, propiciando un debate que hace años llevamos promoviendo en esta revista, pero que todos los medios de comunicación se esfuerzan por ahogar.

El pasado 3 de abril, el presidente de Sudáfrica envió una carta al presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, además de a Toni Blair, Schroeder, Kofi Annan y otros dirigentes políticos.

La respuesta de los medios de comunicación occidentales, a parte de no informar de lo que el presidente decía, ha sido particularmente insultante, e incluso han tergiversado sus declaraciones, haciéndole decir lo que no ha dicho nunca. Comentamos esa respuesta en este artículo.

A primeros de mayo, Thabo Mbeki organizó un congreso alternativo en Sudáfrica, que reunió a importantes científicos occidentales disidentes, como nuestros amigos los doctores Peter Duesberg y Harvey Bialy. Estas reuniones no son nuevas: se han realizado ya anteriormente en Amsterdam, Argentina, Colombia y Ginebra. La AMC ha organizado reuniones de científicos disidentes en sus Jornadas Internacionales de Medicinas Complementarias I (Barcelona 1993) y II (Gerona 1995).

Este congreso se estaba desarrollando cuando escribíamos este artículo. Por supuesto, ha sido ocultado por todos los medios de comunicación. Nuestra amiga Joan Shenton, la directora de la compañía británica Meditel (que se ha destacado por sus excelentes reportajes sobre el sida en África), nos telefoneó directamente desde Sudáfrica y próximamente podremos ofreceros un informe sobre ese congreso, elaborado sobre el terreno.

Thabo Mbeki, Presidente de Sudáfrica. 3 de abril del 2000.

Es para mi un honor expresarle los saludos de nuestro gobierno, así como los míos propios e informarle acerca de algunas gestiones que estamos haciendo para responder a la epidemia de VIH/SIDA.

Como sabe, algunas organizaciones internacionales, como ONUSIDA, están informando de que el África sub-sahariana padece las dos terceras partes de la incidencia del VIH/SIDA. Estos informes indican que nuestro propio país se encuentra entre los más afectados.

Respondiendo a estos informes, en 1998 nuestro gobierno decidió incrementar radicalmente sus esfuerzos para combatir el SIDA. (Sigue una serie de detalles sobre estos esfuerzos).

A finales del año pasado, interviniendo en nuestro Parlamento Nacional, informé de que había pedido a nuestra Ministra de Salud que se interesase por distintas controversias que tienen lugar entre los científicos sobre el VIH/SIDA y sobre la toxicidad de un cierto medicamento antirretoviral.

En respuesta a ello, entre otras cosas, el Ministerio está organizando un panel internacional de científicos para discutir estas cuestiones de la manera más transparente posible.

(Sigue una serie de datos de los organismos internacionales oficiales).

Entre ellos observa que en uno de ellos, Sapa AFP, del 13 de Mayo de 1999, el Dr. Coll Seck afirma que "en Sudáfrica, la infección por VIH ha aumentado mucho en los últimos 5 años y si la epidemia continúa expandiéndose a ese ritmo, la esperanza de vida descenderá a 47 años en el 2005". "Interesante", comenta el presidente en un paréntesis, "estos cinco años a los que se refiere Coll Seck coinciden estrechamente con el período de nuestra liberación del Apartheid y la minoría blanca en 1994").

Tras la exposición de los datos oficiales, el presidente prosigue:

"En consecuencia, en tanto que africanos, tenemos que enfrentarnos a una catástrofe que es específicamente africana, porque:

- Contrariamente a lo que ocurre en occidente, el VIH/SIDA en África es transmitido heterosexualmente.

- Contrariamente a lo que ocurre en occidente, donde relativamente poca gente ha muerto de sida, aunque no por ello deja de ser importante, se dice que en África han muerto millones, y

- Contrariamente a lo que ocurre en occidente, donde las muertes por sida están disminuyendo, cantidades aún mayores de africanos están destinados a morir.

Es obvio que, si bien podemos y debemos aprender de occidente acerca del grave problema VIH/SIDA, sería absurdo e ilógico hacer una simple superposición a África de la experiencia occidental.

Proceder así constituiría una traición criminal a nuestra responsabilidad hacia nuestro propio pueblo. Por esta razón, hablé como lo hice en el Parlamento, de la manera que le he indicado.

Estoy convencido de que nuestra tarea urgente es responder a la amenaza específica a la que nos enfrentamos, en tanto que africanos. No esquivaremos esta obligación con la comodidad de recitar un catecismo, que muy bien puede ser una respuesta correcta a la manifestación específica del sida en occidente.

No condenaremos a muerte a nuestro pueblo abandonando la búsqueda de respuestas específicas y plenamente orientadas a la incidencia específicamente africana del VIH/SIDA.

Hago estos comentarios porque nuestra búsqueda de estas respuestas específicas y plenamente orientadas está siendo estridentemente condenada por algunas personas en nuestro país y en el resto del mundo, presentándola como un abandono criminal de la lucha contra el VIH/SIDA.

Me preocupan muy profundamente algunos aspectos de esta campaña orquestada.

Se sugiere, por ejemplo, que hay algunos científicos que "son peligrosos y están desacreditados", y con los que nadie, incluído nosotros, debería comunicarse o interactuar.

¡En un período anterior de la historia humana, serían herejes a los que habría que quemar en la hoguera!.

No hace mucho, en nuestro propio país, las personas eran asesinadas, torturadas y encarceladas, y prohibida su mención tanto en privado como en público, porque la autoridad establecida creía que sus puntos de vista eran peligrosos y estaban desacreditados.

Ahora se nos pide que hagamos precisamente lo mismo que hizo la tiranía racista del apartheid porque, se dice, existe una visión científica que es apoyada por la mayoría, y contra la que está prohibido disentir.

¡Los científicos a los que se supone que hemos de poner en cuarentena científica incluyen Premios Nobel, miembros de Academia de Ciencias, y Profesores Eméritos de varias disciplinas de medicina!.

Científicos, en nombre de la ciencia, solicitan que cooperemos con ellos en congelar el discurso científico sobre el VIH/SIDA en el punto concreto que ese discurso alcanzó en occidente en 1984.

Personas que en otro tema lucharían decididamente para defender decisivamente los importantes derechos de libertad de pensamiento y expresión, respecto al tema VIH/SIDA ocupan la primera línea en la campaña de intimidación y terrorismo intelectual, alegando que la única libertad que tenemos es estar de acuerdo con lo que estas mismas personas decretan que son verdades científicas demostradas.

Algunas propugnan estas extraordinarias proposiciones con un fervor religioso, cegado por un alto grado de fanatismo, lo cual es verdaderamente preocupante.

Puede no estar lejos el día en que de nuevo veamos quemar libros e inmolar en el fuego a sus autores por aquellos que creen que tienen el deber de efectuar una cruzada sagrada contra los infieles.

Lo más extraño de todo esto es que parece que todos Nosotros estamos dispuestos a servir a la causa de estos fanáticos, decidiendo estar quietos y esperar.

Puede ser que estos comentarios sean desmesurados. Si lo fuesen, sería porque en un pasado muy reciente nos hemos visto obligados a tener los ojos fijos en la cara, muy real, de la tiranía.

Me resulta muy alentador el que todos nosotros, en tanto que africanos, podamos contar con Su decidido apoyo en esta lucha común por salvar a nuestro continente y sus pueblos de la muerte por sida.

Por favor, acepte Su Excelencia la seguridad de mi respuesta.

THABO MBEKI.

Más información: https://docs.google.com/file/d/0BwHhOozPMsPLN1QwM0tIeXJTcGM/edit?pli=1

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